Vaya mi saludo cordial a cada una de las mujeres que lean este blog y a todas las mujeres que tenga - cada uno de los lectores - en su vida.
A las que son, a las que fueron, a las que serán sus mejores y más importantes realidades.
A las que pelean el día a día, estén donde estén, para salir adelante.
A las atareadas de agenda, a las que llevan una vida más tranquila.
A las que son promesas del futuro por venir... a las que aún no han sido soñadas en las mentes y el corazón de sus padres, ni de sus futuras parejas.
A las que están a la vanguardia en la vida, pero sobre todo, a las que están en las últimas filas, porque a pesar de estar allí, no dejan de formar parte del medio mundo que conformamos.
Pero por sobre todo, mi recuerdo hoy va a las que han dejado de ver nuevos amaneceres.
A las que han sido perseguidas, detenidas, torturadas sea por la razón que fuera.
A las que luchan - con amor y tesón - aunque sea desde la clandestinidad, para que la parte del mundo en donde viven sea un poquito mejor.
A toda aquella que sienta que sus condiciones no son las mejores y hace algo por remediarlo.
A la que se ha dejado vencer por la vida, rezando - a mi manera - para que recupere la fortaleza y pueda ponerse en pie nuevamente.
Un beso enorme a mi vieja, a mis amigas, a sus hijas.
Mi recuerdo más afectuoso para mujeres que estuvieron en algún momento de la vida compartiendo los devenires estudiantiles y profesionales de quien les escribe: Miskyla Lego, Nelly Vargas Machuca, Alicia Mazzaferri.
Un abrazo atemporal a estas mujeres que ya no están en la vida, pero que desde algún lugar siguen estando: Lala (mi abuela), Keika (mi tía abuela), Julia (una segunda madre).
E-migrad@
Conversaciones matutinas
Hace 4 semanas
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