Testigos mudos de la historia de un lugar y su gente...
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De valijas, evoluciones y otras elucubraciones cotidianas
"Son muchos más", dice a Clarín el sociólogo Alberto Morlachetti, creador de la Fundación Pelota de Trapo. "En este país ningún número es confiable. El Episcopado habla de un 40% de pobres, los consultores económicos también tienen cifras muy superiores a las del Indec. Si nos guiamos por los efectores que trabajan en las calles, la pobreza llega al 60%. Sólo en el 3% del territorio bonaerense, que es el Gran Buenos Aires, viven diez millones de personas y la mitad son pobres".
Sergio Britos - profesor de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y director del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni) - cita investigaciones de la UBA y del Cesni: "Según nuestros cálculos, basados en una incidencia del 30% de pobreza actual en Argentina y teniendo en cuenta que la pobreza infantil y materna es mayor al promedio, en Argentina nacen unos 950 bebés pobres por día.
Es muy probable que de ellos, un 10% nazca con bajo peso, ésto es, unos 35 mil chicos por año. "Nacer con bajo peso, que en la pobreza es sinónimo de desnutrición y malos cuidados maternos en el embarazo, es el primer signo de desnutrición. Esos chicos, que crecerán mal y menos, son el germen de futuros desnutridos crónicos, anémicos, chicos que se enferman a repetición y cuando lleguen a la edad escolar tendrán más dificultades que los que nacieron con mejor peso" dice Britos.
Notas:
- Primer imágen: Indígena guaraní.
- Segunda imágen: Yaguareté. Es el mayor felino de América y tercer felino del Mundo.
- Tercera imágen: Plantación de Yerba Mate. Las plantaciones de yerba mate se ubican en la región mesopotámica argentina.
- Cuarta imágen: mural realizado por José Kuro y Daniela Almeida para
Foto realizada por Manuel _Murcia.
- Quinta imágen: Caá Yavii, Diosa de la yerba mate, quien pasea entre las plantas susurrándoles y cuidando su crecimiento. Los trabajadores de los yerbatales confían a ella sus almas.
El mate no es una bebida, "corazones de otro barrio".
Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca... pero no es solamente una bebida.
En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse.
El mate es exactamente lo contrario que la televisión: Te hace conversar si estás con alguien y te hace pensar cuando estás solo.
Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es “Hola” y la segunda es “¿Unos mates?”.
Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres; pasa entre mujeres sencillas, charlatanas y pasa - también - entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico o entre los adolescentes mientras estudian.
Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse nada en cara. Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno. Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos. Los buenos y los hijos de puta.
Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando lo pide.
Cuando conocés a alguien por primera vez, decís… "Si querés veníte a casa y tomamos unos mates." La gente pregunta, cuando no hay confianza: "¿Dulce o amargo?". El otro responde: "Como lo tomes vos".
Los teclados de las computadoras argentinas tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre.
Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te la dá, de onda o le pedís y está todo bién. La yerba no se le niega a nadie.
Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres.
Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos.
No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es porque ha descubierto que tiene alma: Ó estas muerto de miedo, ó estas muerto de amor ó algo: no es un día cualquiera.
Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solos. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones.
El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores. Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena; la charla, no el mate.
Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y viceversa. Es la sinceridad para decir: "Cambiá la yerba ó arreglálo un poco".
Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo. Es el cariño para preguntar, estúpidamente: "¿Está caliente, no?".
Es la modestia de quien ceba el mejor mate. Es la generosidad de dar hasta el final. Es la hospitalidad de la invitación. Es la justicia del uno por uno. Es la obligación de decir gracias, al menos una vez al día.
Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones más que la de compartir.
Ahora vos sabes, un mate no es sólo un mate...
Andá calentando el agua, que voy para allá.
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