miércoles, 18 de noviembre de 2009

¿Qué es la punta del Obelisco?

Sencillo.

Se trata de una expresión - "¡La punta del Obelisco!" - que es equivalente a lanzar una maldición a los 4 vientos. Así, dando una entonación que alarga la palabra "punta" y la transforma en "puunta" es igual a darle más énfasis a la cuestión, decirlo hasta con rabia; ésto es... un enojo en toda regla.


Es la forma argentina de decir el españolísimo "Mecagoentodoloquesemenea", el afrancesado "Mèrde!" ó el tan yankee "WTF?!". Y es que el enojarse, cabrearse, enbroncarse es un hecho universal que a cualquier hijo de vecino puede sucederle en el momento menos pensado.

Por no ser una excepción a la regla, hay cosas que a mí me enojan.

Hay cosas que "me molestan" y al ratito se me pasa el malestar, hay otras que "me enervan", otras que "me enojan" y me enojo por un buen rato. Otras cosas que "me indignan" y la sublevación es inmediata (focalizada directamente a aquello que me resulta indignante) y otras que provocan que "me lleven los diablos" y ahí sí, lo mejor es dejarme estar.

No hay mal que dure cien años y mis enojos - por lo general - suelen no durar más que un par de suspiros. Llegan cuando lo que sucede se convierte en la gota que rebalsó el vaso. A la hora de relacionarme con los otros, soy una convencida de que lo mejor es hablar, aclarar las cosas, entender al otro y hacerse entender: llegar a acuerdos y seguir adelante.

Si se trata de situaciones, no queda otra que afrontarlo y esperar a que el enojo pase. Y lo digo de esta forma porque pienso en las situaciones que pueden - hoy por hoy - llevarme a estar en esa posición (la de "que me lleven los diablos") y la verdad es que sólo se me ocurren un par y no hay nada que pueda hacer al respecto para variarlas, puesto que no depende de mí.


Ahora mismo, en este mismo instante, estoy en medio de un enojo de aquellos; uno de esos Cabreos Mayores... trato de ocupar mi mente en otras cosas, no pensar en ello (es una de esas situaciones que no puedo cambiar), pero aunque haya maldecido, me haya enfurecido, haya llorado de la bronca y sienta una sensación de contrariedad absoluta... todavía no pude expulsar tanta mala onda de mi mente y de cuerpo.

Si hay algo que aprendí en mis años de terapia y análisis es que a cierto tipo de sensaciones y sentimientos hay que expulsarlos de uno porque si se les intenta extinguir en nuestro interior , muy probablemente nada bueno surja de ellos (y hablo de que lo que puede ocurrir va desde somatizaciones hacia adelante).

Así que esta nueva sección, "La puunta del Obelisco" será el espacio psicoprofiláctico de Migraciones Internas. En principio y dada la urgente necesidad de largar algunas cosas fuera, doy por inaugurado dicho apartado y les pido que no teman por lo que aquí puedan encontrar, serán cabreos en proceso "de una mejor metabolización".



Ahora me retiro, que ya es hora dejar reposar un tiempo el tema. Creo que necesito salir a caminar un rato, escuchar música ó lo que surja. Ahora mismo no estoy para escribir a continuación sobre el objeto de tamaño enojo.


Nos estamos leyendo,


E-migrad@


P.D.: Y por si ésto fuera poco, Amore está cayendo enferma y deberá concurrir enferma a trabajar (si no podemos cortar el proceso antes; en ello estamos), no hay quien pueda reemplazarla ya que hay varios de sus colegas en baja prolongada. Veremos que pasa.


UPDATE: Es jueves y sigo cabreada con el tema que me llevó a este cabreo.


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