martes, 20 de enero de 2009

El que entra (y el que se fue)


El 20 de enero de 2009 pasará a la historia como un día importante en la historia de EE.UU e - indirectamente - tambien para el resto del mundo.

Ha asumido el 44º presidente de esa nación, el primer afroamericano que llega a la Casa Blanca. Se me ocurre que - en algún lugar, allí a donde vayan las almas tras dejar su cuerpo - hay dos que habrán celebrado por todo lo alto: Martin Luther King y Malcom X. Aquello en lo que creyeron - la igualdad de los seres humanos más allá de la diferencia de color - hoy es, al menos en parte, una realidad. Luego de haber tenido prohibido el acceso a negocios, trabajos, beneficios, estudios y hasta sitios en un autobús, alguien de su mismo colectivo dirigirá a partir de mañana los destinos de la nación y también, parte del destino futuro del mundo.

Hay muchas esperanzas cifradas en el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Muchas miradas que se posan y posarán en él durante los próximos 4 años. El destino de muchos, en diversos países estará en sus manos a consecuencia de sus decisiones. Dicen que el presidente de los EE.UU es el hombre más poderoso del mundo y - aunque tanta unificación de poder a mí me genera una sensación de frío por la espalda - debo admitir que en ciertos sentidos, eso ha quedado ampliamente demostrado en el pasado.

Delicado momento histórico le ha tocado en suerte. Crisis económica, guerras desatadas en varios frentes, tensión a nivel de relaciones internacionales, problemas internos, crasos errores heredados de sus antecesores, "deudas internas" a salvar con el pueblo norteamericano, "deudas" a intentar saldar de la mejor manera posible con otros países, nuevas metas que se habrá fijado.

La verdad es que no le envidio el puesto. Tanta responsabilidad y tanto poder resumidos en una sola humanidad. Por mi parte sólo espero que tanto poder no nuble su razón, su conciencia y su capacidad de diferenciar el bien del mal; que la ambición desmedida no lo enferme... así como también espero - por el bien de todos - que nadie le pueda apartar del camino de "lo correcto" (dándole el beneficio de la duda y asumiendo que desearía poder hacer "lo correcto" hablando desde el sentido más ético-fiolosófico de la cuestión).

De quien se vá, sólo diré: "Ya era hora de que te fueras..." y además: Ojalá que sea juzgado por la ley de los hombres como le corresponde y si no resulta ser así, que en algún lugar más allá de lo terrenal, sea juzgado implacaz pero objetivamente por aquello/aquel que se ocupe de tales menesteres.


Todavía te quedan algunas horas de festejo, felicitaciones variopintas y elogios a granel por delante, pero desde mañana por la mañana, por favor, Obama... ponéte a trabajar en serio; a ver que podés hacer por ayudar a tu país y a este convulsionado mundo.


Ojalá no defraudes...


E-migrad@


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